Una vez más, y solo en esta última semana dos episodios clarísimos
desnudan los vestigios de los tan arraigados vicios de la “política tradicional”
paraguaya. Los dos partidos que encabezan la lista se ven involucrados en
hechos que nos dan la señal de que-como es sabido por muchos- nada depende del
ao pyta o del ao hový, más bien de los principios que cada uno tenga. Es triste
pensar que falta bastante tiempo para que el panorama sea distinto. Pero es
esperanzador saber que hay una generación que está transformando su manera de
pensar y que aunque con pasos lentos, está manifestando su desacuerdo con
aquellas decisiones o actitudes de quienes la representan. Y sobre todo, que
está preparándose para relevar en unos años más a quienes se han encargado de
ensuciar una y otra vez nuestra dignidad como ciudadanos, como personas.

Por un lado Lilian Samaniego y Horacio Cartes juntitos de nuevo. Hasta marzo
de este año, eran la pareja perfecta hasta que por algún extraño motivo pillaron
uno que la otra era una miserable y que lo único que hizo fue aprovecharse de
su ingenuidad. Y la otra que el uno era un dudoso candidato por los hechos alos que se le vincula y cuya única pretensión era destruir al “glorioso”partido
colorado. Después de todos los dardos que se lanzaron mutuamente con gran
intensidad y frecuencia, hoy lo olvidan todo y frente a todo el pueblo que los
escuchó repudiarse por todos los medios, deciden hacer por convicción las paces
y trabajar en el mismo equipo. ¿Convicción? Quiten ustedes sus propias
conclusiones. Si así de fácil pueden cambiar de opinión acerca del compañero
con el que intentarán dirigir a toda la nación paraguaya, no me imagino cuando
se trate de algún asunto relevante para el pueblo.
Por otro lado, el señor presidente Federico Franco. En su discurso de asunción del cargo promete cero nepotismo, cero privilegios para los parientes y
amigos. Una semana después está nombrando a su cuñada nada más y nada menos que
en uno de los cargos mejor remunerados de toda la nación, la consejería de la
Itaipú Binacional. Al exigírsele que explique esta contradicción, defiende lo criticado por él mismo y responde que
lo hizo porque sabe de la capacidad de la mujer, y que además fue un gesto de
reivindicación por el relevo injustificado de su cargo de embajadora luego de
una crisis con el entonces mandatario, ésta defensa respaldada incluso por el presidente del partido liberal, Blas Llano.

Ante el reclamo de la gente vía losmedios y las redes sociales, afirmó que será el único caso que se dé durante su
mandato. Pero señoras y señores, hoy me entero que en absoluta contrariedad a
su segunda promesa, ha nombrado nada menos que a su hermano, sí a su hermano,
como asesor del director de la Itaipú Binacional. Según palabras de Anki
Boccia, el titular de la entidad, el hecho nada tiene que ver con nepotismo, ya
que aunque el nuevo cargo triplica su responsabilidad, no se le aumentó el salario
en lo más mínimo. ¿Alguna duda? Si de esta forma se manejan los recursos del
pueblo paraguayo y a la luz de todos, cómo se manejarán aquellos que por
cuestiones de “reserva” no podemos controlar?
Analicemos la
actuación de cada uno de los políticos que están en el poder y aquellos que
quieren llegar a él. Exijamos transparencia con la plata que con nuestro
esfuerzo y sacrificio depositamos en las manos del estado. A la hora de elegir,
hagámoslo por el mejor!
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